jueves, 12 de mayo de 2011

Tribunal Constitucional

Cuando Hans Kensel definió su idea de un tribunal que fuera garante de las garantías constitucionales no podía pensar que andando el tiempo en un país del sur de Europa su idea implantada con éxito en tantos países se convertiría en el engendro que ha terminado por ser en España.
La historia de este fracaso viene a confirmar que nada es incorruptible y que hasta las mejores ideas pueden convertrse en sombras ridículas de lo que sus alumbradores quisieron que fueran si hay quien se empeña en ello.
Y eso es lo que pasa en celtiberia que nos hemos propuesto desbaratar y arrinar el proyecto de convivencia que nos habíamos dado desde 1978 y lo estamos consiguiendo.
No es que el Tribunal no valga, no es que haya que cambiar la Constitución. Durante el siglo XIX ¿cuantas constituciones tuvimos? ninguna nos valía, todas fracasaron pero la culpa no era de ellas ni sde sus instituciones... la culpa es del país y resulta que España está llena de españoles y eso no hay constitución, ni trubunal que lo aguante, por uy constitucional que sea y por mucho que haya funcinado a las mil maravillas en cientos de países.