Por otra parte, Marx y sus seguuidores nos han hecho creer que el verdadero motor de la Historia ha sido la llamada "lucha de clases", cuando no el expolio sin más rodeos, de unas naciones por otras buscando únicamente las riquezas ajenas.
El motivo, con frecuancia idealizado, piensan estos autores, que esgrimieron en su mento los países para justificar sus actos, es lo de menos, porque cualquiera que fuera su justificación "oficial", la única verdad que explica la historia es puramente económica.
Así, la primera guerra de la que tenemos noticia, no fue por la belleza de Helena, sino por la obtención de las riquezas de Troya. La colonización de América por el oro de los pueblos indígenas, la guerra civil americana fua propiciada por los medios de producción antagónicos entre el sur, agrícola y esclavista y el norte, industrial y capitalista. Nada conserva su pátina de epopeya porque todo es mero "plato de lentejas".
Pero, ¿como explicar las guerras de las pequeñas polis griegas contra el imperio Persa, la guerra del Peloponeso entre Sparta y Atenas, la misma Revolución Francesa, o la Segunda Guerra Mundial sin hacer una referencia, por pequeña que sea, a la libertad de los hombres?
La conquista de cuotas cada vez mayores de libertad es el verdadero motor de la historia de Occidente. Como un güadiana idealista, aparece y dasaperece a lo largo de la historia, su importancia crece y decrece según las épocas, paro su curso es nítido y claro en el largo discurrir de la vida de los pueblos y los individuos de los países de Europa y América.
Es nuestra seña de identidad más preciada y no podemos ni debemos renunciar a ella por muchos Edenes comunistas que nos anuncien los agoreros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario